lunes, 8 de abril de 2013

'PÍRAMO y TISBE' & 'ROMEO y JULIETA'


“Píramo y Tisbe, el uno el joven más bello de todos, la otra la más hermosa de las jóvenes de Oriente…”
Romeo y Julieta es una de las obras más importantes de la literatura occidental. Es muy difícil encontrar a alguien que no conozca la triste historia de amor imposible entre los dos amantes de Verona. Lo que no todo el mundo sabe es que, para elaborar su historia, Shakespeare se dejó influir por numerosos relatos anteriores a su obra cumbre. El  más importante de todos, y el que más le sirvió como ejemplo, fue el conocido como mito de Píramo y Tisbe, que se encuentra en las Metamorfosis de Ovidio.
Píramo y Tisbe eran dos jóvenes babilonios que se enamoraron gracias a la relación de vecindad que compartían. Aunque Romeo y Julieta viven en la misma ciudad (Verona), Shakespeare difiere del mito latino al colocar el inicio de su enamoramiento en un baile de disfraces organizado por la familia de Julieta. En el tema familiar Shakespeare se deja influir mucho por la obra de Ovidio, en la que sus personajes se encuentran con la oposición parental para emprender su relación. Los amantes veronenses encuentran a su favor el apoyo indiscutible de la ‘aya’. Este personaje es una introducción del autor inglés basándose en la Celestina de La tragicomedia de Calisto y Melibea. Haciendo esto Shakespeare consiguió trasladar a un personaje de la literatura española al primer plano de la literatura universal.
A la hora de desarrollar la historia ambos autores toman caminos distintos aunque con el mismo final trágico. Romeo y Julieta llegan a casarse con ayuda del cura que piensa que esa boda va a ser lo que siembre la paz entre las familias. Sin embargo, el primo de Julieta, Teobaldo, reta en duelo a Romeo por la intromisión en el baile de disfraces. Aunque las ofensas van dirigidas al joven enamorado, es Mercucio, amigo de Romeo, el que acaba aceptando el duelo en el que al final acaba herido de muerte. Tras este duro palo, Romeo no puede aguantarse y mata a Teobaldo. Esto da lugar al “comienzo del trágico final”; Romeo es exiliado de la ciudad y Julieta decide fingir su muerte para así huir con su amado y evitar la boda con Paris. El mensaje en el que se le explica a Romeo la verdad nunca llega a su destinatario y, al enterarse éste de la “muerte” de Julieta, acude a su sepulcro donde ve el falso cadáver de su amor. Por esto decide quitarse la vida con veneno, con tal mal ‘fatum’ que Julieta se despierta justo a tiempo para ver a su amado morir. El desenlace trágico termina con el suicidio de Julieta. Si comparamos esto con el mito latino, vemos ciertas similitudes.:Píriamo y Tisbe deciden huir para vivir su amor. Ésta, en su huida, deja caer su velo y una leona la mancha de sangre. Cuando Píriamo ve esto, cree que su amada ha fallecido y se quita la vida con un puñal. A Tisbe, escondida en una cueva, no le da tiempo a evitar el suceso y, desconsolada, se provoca la misma suerte que Píriamo. El punto más claro de unión lo vemos en la demostración de que es el amor y la muerte lo que consigue unir a las dos familias enfrentadas, ya que aceptan enterrar a sus hijos juntos. El amor de ambas parejas de enamorados es imposible y solo ha podido cumplir con su función reunificadora una vez muertos los protagonistas.
Cabe destacar que, aunque se inspiro en el mito latino, Shakespeare añadió muchísimos más personajes y creó una historia diferente a la de Ovidio. Introdujo, como ya hemos nombrado, la conocida figura de la ‘aya’ que tanta repercusión tuvo en la historia posterior y un carácter cómico en algunos personajes.
Sin embargo, es importante recordar (y más en los tiempos que corren) que fueron los griegos y los romanos los que pusieron las bases de lo que hoy podemos llamar cultura occidental. Que nuestras historias más conocidas suelen encontrar argumentos casi gemelos en obras de aquella época. Que, a fin de cuentas, nuestro modo de vida empezó a forjarse hace más de dos mil años. Y que, aunque solo sea por eso, merece la pena conocerlas.